La Boda Valenciana de Andrea & Jose

Hola a tod@s,

Hace ya un tiempo que no os traigo un post contado por la propia novia. Cuando me escribió Andrea me quedé enamorada de las fotos de su boda y he decidido publicar su historia! Espero que lo disfrutáis tanto como yo!!

Después de 12 años juntos, nos comprometimos en Julio de 2013, en un precioso restaurante en Altea la Vella. Teníamos un año para planear el evento, por lo que decidimos tomárnoslo con calma y disfrutar cada momento. Teníamos claro que queríamos una boda veraniega, rústica pero sin perder la elegancia, y familiar. Nos decidimos por una Finca en la zona de Serenes en Alcoy que tenía un precioso jardín con un estanque natural, y una arboleda en la que imaginábamos la velada en mitad de un recóndito bosque.

Queríamos una decoración “hecha a mano”, natural, fresca y elegante, e investigando por la red nos decantamos por simples ‘rodajas’ de tronco de árbol, botellas de vino y botes de conserva decorados con cuerda, cintas, encajes y unas flores de las cuales me enamoré, las peonias, pero que desgraciadamente no pude tener por la época.

Al final elegimos paniculata y pequeñas rosas blancas y rosadas. El ramo, muy a mi pesar, contenía las mismas flores, aunque al final tuve que admitir que era bonito (aunque no el de mis sueños). Diseñamos el logo de la ceremonia, que estaría presente en las tarjetas que acompañaban los detalles para los invitados y el mapa que adjuntamos con la invitación para que los invitados llegaran sin problemas.

También pusimos en las mesas de los invitados unas tarjetas para etiquetar las fotos de la boda en una cuenta que creamos en Instagram, y la verdad es que funcionó¡

En cuanto a las invitaciones, sabíamos que nos encantaba el estilo de los años 20 y sin perder el aire rústico del evento, diseñamos nosotros mismos las invitaciones, imprimimos, cortamos y troquelamos.

Una gran amiga mía, artistaza y gran ilustradora (Nuria Abad) diseñó un precioso árbol de huellas y dibujó un Mazinger Z (a Jose le encanta) y una muñeca, en la base del árbol, simulando a nosotros de peques. Fue todo un éxito porque la gente imprimía su huella con tinta dorada y violeta. Lo enmarcamos y lo tenemos presente en nuestro dormitorio.

Para el vestido, tenía claro que quería sentirme una princesa por un día, y tras probarme 18 vestidos, encontré el perfecto, el diseño Ocotal de Pronovias.

No quería unos zapatos que después no pudiera aprovechar, por lo que elegí unas preciosas cuñas doradas de Sandra Moss que pude disfrutar en la luna de miel y el resto del verano.

En cuanto al peinado, fui fiel a mi peluquera Olga de Y Yo Con Estos Pelos, con un simple
trenzado en la parte derecha y recogido que adorno con flores y perlas. Jose se peinó en La Barbería (en Alcoy) y su traje era de Fernando Cano, un diseño de la firma Fuentecapala.

El catering fue Catering Josele y no pudieron hacerlo mejor, un trato perfecto y un servicio
excepcional. Contratamos también un carro de dulces variados de Co-M-Me, y la verdad es que nos encanto y la gente pensó que era una idea muy original.

Para el transporte, alquilamos un coche muy chulo en Gesmi Flors que me llevo a mi y a mi padre a la ceremonia. Me gusto mucho que hasta los invitados quisieran hacerse fotos con el coche jejejeje.

Los detalles para los invitados fueron pastillas de jabón naturales de lavanda, romero y rosa mosqueta acompañados de sales de baño para las mujeres y botellas de Ribera del Duero Linaje Garsea de 500ml.

Y por fin llego el gran día, y fue perfecto, mágico, no pudo haber ido mejor. Ahora todo ha pasado y de vez en cuando nos echamos unas risas con las fotos que nos hizo Alberto Sagrado en el photocall, que la verdad, salieron chulisimas.

El vídeo todavía no lo tenemos, pero los videografos de Tu Dia Studio sabemos que hicieron también un grandísimo trabajo para plasmar todos los momentos de la boda.

Las fotos de la postboda las hicimos en La Font Roja de Alcoy y quedaron preciosas, de cuento de hadas 🙂

El fotógrafo que captó la magia de ese día se llama Alberto Sagrado, es de Alicante y le elegimos por la singularidad de sus fotografías. Sabíamos que cada vez que volviésemos a ver las fotos de la boda, estas serían tan realistas que viajaríamos al pasado y nos transportaríamos a esos momentos.