Hola a tod@s,
Hoy quiero compartir uno de los relatos de novia que aun tenía por enseñaros: la boda de Rosa y Fer. Ellos decidieron casarse al aire libre en la bonita Finca Prados Moros que está situada en plena Sierra de Guadarrama, Madrid. De los muchos espacios de esta finca, la pareja decidió casarse en el embarcadero con vistas al lago y las montañas. Para ellos era muy importante poder disfrutar de todas las opciones que ofrecía la Finca y decidieron elegir un domingo para celebrar su gran día. No es la primera vez que os comento que las bodas en domingos ofrecen muchas ventajas ya que puedes disfrutar de todas las ventajas de la temporada alta pero por un coste inferior, incluso en el menú de boda. Por otro lado es mucho más fácil casarte en el mes que has elegido porque hay más disponibilidad.
Os dejo con el relato de la novia y el reportaje, que estoy segura que os va encantar.
Queríamos una boda civil en un entorno natural de ensueño. Yo soy mallorquina y siempre había querido casarme en mi isla, rodeada de naturaleza en una finca con vistas al mar. Fer comparte mi pasión por la naturaleza, así que teníamos bastante claro el tipo de evento que queríamos preparar.
Sin embargo, cuando nos prometimos, nos dimos cuenta de que la logística para desplazar a todos los invitados a Mallorca era muy complicada, así que empezamos a visitar fincas en los alrededores de Madrid sin saber si íbamos a encontrar lo que buscábamos.
Visitamos fincas realmente bonitas, pero en cuanto entramos a la Finca Prados Moros, nos enamoramos perdidamente. Era justo lo que buscábamos: un entorno idílico, donde podíamos celebrar la ceremonia, el cóctel, el baile…todo el evento de principio a fin en el mismo espacio, rodeados de naturaleza, de nuestra gente y con unas vistas incomparables.
Nuestra boda fue el domingo 29 de septiembre durante el día, así que tuvimos que madrugar bastante para ponernos en marcha. ¡Estábamos eufóricos, y hacía un día precioso!
Yohanna, nuestra peluquera y maquilladora, llegó al Hotel Gran Meliá Fénix, donde se alojaban mis padres, a las 7.30h, y empezó peinando y maquillando a mi madre.
Mientras mi padre y mi hermano bajaban a desayunar, yo me emocionaba leyendo una carta especial y viendo el tocado y el ramo de flores que me había hecho mi amiga Águeda Zamrik, quien también se encargó de la decoración en la finca y llenó de flores la habitación del hotel.
Al poco rato llegaron Sara y Álex, nuestro equipazo de fotografía y vídeo respectivamente, y empezaron a hacer su magia durante los preparativos de toda la familia. Cuando me puse mi vestido, tan delicadamente diseñado por Clara Brea, ya peinada y maquillada…me sentí como una princesa de cuento.
En paralelo, Fer se preparaba en casa de su madre, en Las Rozas, para ser el novio más guapo que nadie ha visto jamás (puede que sea un poco subjetivo pero es lo que sentí cuando le vi al llegar al embarcadero).
Recuerdo este momento con muchísimo cariño, ya que yo me empecé a ponerme un poco nerviosa y mi padre me cogió la mano y me tranquilizó. Me dijo que todo iba a salir perfecto y no me soltó la mano hasta que llegamos a la finca y bajamos del coche.
La llegada a la finca está entre los momentos más emocionantes de mi vida…yo iba del brazo de mi padre, que me acompañó hasta el embarcadero. Íbamos caminando (despacito, para no alcanzar a los pajecitos que iban delante) y según avanzábamos, recuerdo cómo la felicidad me invadía.
Al ver a Fer a lo lejos en el embarcadero, tan elegante y con esa sonrisa…casi se me para el corazón: estaba tan guapo…
Tuvimos una ceremonia preciosa en el embarcadero: participaron familia y amigos contando anécdotas divertidas y emocionantes de nuestra vida en común…y por último Ana ofició la boda con ese cariño que siempre le pone a todo lo que hace.
En cuanto terminó la ceremonia pasamos al jardín, donde disfrutamos de un exquisito cóctel al aire libre entre abrazos, besos y risas. Se respiraba amor y alegría en cada rincón y en cada conversación.
A partir de ese momento el tiempo voló,… casi sin darnos cuenta ya estábamos entrando al salón para sentarnos a disfrutar del delicioso menú, y cuando llegaron los postres, mi padre compartió con todos unas palabras preciosas que guardaré para siempre en mi corazón.
Créditos: Lugar: Finca Prados Moros | Fotos: Sara Musicó (Fotógrafo de Historias) | Vestido: Clara Brea Design | Muah: Yohana Rojas Make Up | Flores: Agueda Zamrik