El día de la boda es el gran sueño de las parejas en nuestro país: vestir de blanco, caminar hacia el altar, celebrar una fiesta con la familia y amigos… Sin embargo, en la tesitura económica actual para muchas personas es difícil afrontar los altos gastos que supone un enlace.
¿No hay más opción que renunciar al día más especial de sus vidas? Lo cierto es que no. Cada vez son más los enamorados que optan por solicitar un préstamo para ir más holgados a esta fecha marcada en rojo en el calendario y no dejar nada por hacer.
¿Es una buena idea? Sí, siempre que se haga con cabeza. Lo cierto es que quien acaba ajustando el presupuesto suele arrepentirse de lo que podría haber hecho, y una ayuda con unas buenas condiciones de devolución elimina de un plumazo ese problema.
Los presupuestos de bodas superan la renta anual
La renta media de una persona en España fue, en 2022, de 19 415 euros. El coste de una boda, según datos de los especialistas del sector, se sitúa ahora mismo en torno a los 21 000 euros.
¿Qué quiere decir esto? Que la celebración de un enlace con todo lujo de detalles cuesta más que lo que uno de los miembros de la pareja gana en un año. Sin lugar a duda, es uno de los grandes desembolsos que se hacen en toda la historia de una pareja.
Peinados, trajes, menú, tarta, detalles para los invitados, alquiler de coche…, son muchísimos los gastos que hay que ir sumando y que, en ocasiones, disparan la cuenta más de lo que se puede asumir con ahorros propios.
Por eso, la idea del préstamo cada vez está más en la mente de los contrayentes: si se pide para comprar un coche, hacer un viaje o solucionar una avería en casa, ¿por qué no va a ser una opción en una fecha tan importante?
El préstamo ayuda a cumplir todos los sueños
Una de las claves a la hora de montar una boda es actuar con cabeza y de manera organizada para ahorrar en lo prescindible y centrar el gasto en lo que verdaderamente importa.
Por eso, los especialistas en la organización de estos eventos cuentan con una serie de tips que sirven para montar un presupuesto de boda. Y hacerlo sin escatimar en aquello que más apetece y se necesita, pero rascando euros de otros lados.
Crear un presupuesto
Hay que pensar en la organización de la boda como en la creación de una empresa. Será efímera, sí, pero el gasto que requiere es muy parecido al de poner en marcha una pequeña compañía.
Por eso, se recomienda actuar como tal, haciendo un balance de gastos y un presupuesto que sirva como esqueleto de cada euro que salga de la cuenta y de cada decisión de pago que se haga.
Esto, que puede parecer una tontería, ayuda a establecer prioridades, permite tener una idea general del gasto en todo momento y, sobre todo, que la pareja tenga claro qué es lo que quieren y busquen el modo de cubrir todas sus necesidades.
Comparar proveedores
Es un trabajo complejo, ¿pero quién dijo que fuera fácil diseñar el día más importante de toda una relación? Se recomienda comparar varios proveedores de cada uno de los ítems de la boda, desde el cortador de jamón hasta el diseñador de las flores, pasando por los distintos restaurantes donde hacer la celebración.
De esta manera, es posible llegar a la solución más barata sin reducir la calidad o las expectativas que se tienen sobre cada cosa que va a ocurrir este día tan especial.
Tomar decisiones de ahorro
Casarse fuera de la temporada de bodas, eliminar algunos gastos superfluos, reducir la lista de invitados… Todas estas decisiones pueden ayudar también a reducir el gasto que se ha planteado en el presupuesto inicial cuando no se llegue.
Esta es una estrategia más que recomendada por los organizadores de bodas. Primero toca pensar en grande y luego, aterrizar la idea sin prescindir de nada que haga ilusión, claro.
El préstamo: un extra para no quedarse cortos
Si una vez realizadas las tareas anteriores todavía sigue faltando un pico para llegar a todo, entonces se abre ante los novios la posibilidad de solicitar un préstamo para cubrir todos y cada uno de los deseos de la pareja.
Mucha gente se asusta ante la idea de contactar con un banco y pedir dinero, pero lo cierto es que es algo muy usual y que en la actualidad se utiliza para muchísimas cosas del día a día.
Además, hoy en día es posible hacer una previsión de gasto, simular las cuotas y saber perfectamente cuánto va a costar el préstamo, cuándo se puede devolver y cuánto tiempo va a demorar este proceso.
Los préstamos personales que ofrecen las entidades bancarias en la actualidad son muy flexibles y permiten obtener hasta 75 000 euros para cualquier tipo de proyecto. Y, por supuesto, devolver en cómodas cuotas que se pueden alargar hasta ocho años en el tiempo.
Por otro lado, existe la opción de acceder a préstamos rápidos, desde 3000 hasta 20 000 euros, que incluso se pueden contratar sin ser clientes del banco y que son perfectos para terminar de redondear un presupuesto de bodas hecho con los ahorros de la pareja.
En general, este tipo de ayudas tienen unas condiciones muy flexibles para que la financiera acepte a los usuarios como clientes y un proceso de ejecución muy rápido. Por eso, incluso los contrayentes que tomen la decisión de pedir algo de dinero a última hora pueden hacerlo y mejorar cada detalle del día del enlace.
Todas estas herramientas permiten cumplir los objetivos y que las sonrisas de las parejas sean plenas ese día. Nada como sentir que todos los caprichos y deseos son una realidad en esta jornada inolvidable.